La
famosa frase que inmortalizó un astronauta del Apolo XIII dirigiéndose a Houston, le viene al dedillo a Pellegrini.
Los tripulantes de la nave espacial tenían un problema
con dos de las 3 fuentes de energía de la nave. Fue
un fallo imprevisto.
Pellegrini
tiene muchos problemas y muy graves y la diferencia con el significado de la famosa frase es que no han ocurrido de manera imprevista sino que han
sido la consecuencia de la suma de factores preocupantes que se habían
detectado hace meses.
Se
veía venir desde el partido contra el Madrid. Se han jugado 8 partidos y el
equipo se ha desvanecido, difuminado como un azucarillo en el café.
No
sirvieron de alerta los consecutivos partidos contra Deportivo, Celta,
Mallorca, Zaragoza, Levante y Athletic, porque en la mayoría de ellos o se ganó o no se perdió, pero el equipo y varios jugadores determinantes habían dejado de ser los
de los primeros 5 meses.
Hablábamos de posible revancha. No lo fue. En el
primer partido el Betis aunque
goleado (4-0) y con 10 nunca perdió la
cara.
Beñat, superlativo |
Ayer
Pellegrini y su equipo nunca dieron la cara, excepción hecha de Caballero. El
Betis le rompió la cara desde el primer minuto al último.
48 recuperaciones del Málaga lo dicen todo; 75 era la media del Málaga, ayer 48; Toulalan 0 recuperaciones; Joaquín, Isco,
Portillo, Saviola y Baptista, entre los 5, solo 6 recuperaciones.
En el Betis Beñat, él solito, 12 recuperaciones y además 3 asistencias de gol y más asistencias de todos los colores. Y no hablaremos de Cañas y cía.
Pellegrini,
¿A éstos 2 quiénes les vigilaban y cómo?
Jorge Molina se comportó como un crack |
Jorge Molina realizó, él solito, 6 remates también de
todos los colores, el doble de los realizados por todo el Málaga y estuvo presente en casi todas las acciones de peligro.
Pellegrini,
¿Quiénes y cómo le vigilaban?
La línea de 3 del Betis -que parecían 6- fue un torbellino de
movimientos; Juan Carlos parecía Gento porque la
banda derecha del Málaga fue un coladero (también la izquierda, el centro etc.) y el sacrificio, talento y desmarques de
Pabón y Campbell fueron tantos y tan continuos que a veces parecían duplicados
o triplicados ¿Es Campbell o es Pabón? ¿Es Pabón o es Campbell? ¿Pero quienes
demonios son?
27’
de posesión contra 21’
(6’ más y 6’ menos de la media de cada uno)
15
asistencias contra 2.
21
remates contra 3. Sobran los comentarios.
Caballero
habla hoy de baile ¡no! fue un concurso de baile donde todos asistíamos perplejos
a lo que sucedía en el terreno de juego.
Mel
y su equipo porque no se creían lo que estaban haciendo; magnífica pre-concentración en Montecastillo, con
un planteamiento perfecto y una estimulación, orden e intensidad colectiva que el Betis parecía el mejor Málaga de la Champions.
Pellegrini
y su equipo porque no sabían de dónde salían tantos verdiblancos. Parecía que
eran el doble.
Contemplar
a Isco y Joaquín parados mirando a Beñat, Cañas, y cía., jugando y ellos a 5
pasos quietos era demoledor.
La falta de intensidad se reflejaba en los rostros de los jugadores.
La
misma falta de intensidad de Joaquín al sacar los 2 córners que lanzó, uno en
cada tiempo, que no fue
capaz de elevar el balón 1 metro y que no llegaron a portería.
Acto
seguido la descomposición y la falta de intensidad era del resto del equipo; 2
contraataques fulgurantes del Betis que no fueron gol de milagro.
La
misma falta de intensidad de Joaquín situado a la corta, no saltando a por el
balón de Beñat en el 1er córner (ponerle ahí es como no poner a nadie) y la falta de anticipación de Sergio Sánchez fue la misma conducta que en el 2º gol con la falta de
garra e intensidad de Demichelis, Lugano y cía.
Tácticamente
el equipo estuvo penoso y en intensidad estuvo desaparecido; el que
más sudó fue Caballero y así continuaríamos con una colección de
adjetivos negativos que harían sonrojar a cualquiera.
Cuando
un jugador no está fino la responsabilidad es suya, cuando fallan 2 o 3 también.
Cuando
fallan todos y cada uno -y no es la primera vez- es responsabilidad del míster.
Es Pellegrini
quien debe intentar revertir esta falta
de intensidad, esta indolencia inaudita e injustificable en algunos jugadores,
porque sin ella no es posible ganar un solo partido y el Málaga, el colectivo y
Pellegrini la han perdido.
Estar
en Europa, entre los 6 primeros, al final de la Liga, hoy, es una quimera para
este equipo que ha asombrado a España y a Europa. Ahora está asombrando por lo
contrario.
Queda
tiempo pero los síntomas de la enfermedad eran evidentes pero los resultados los
tapaban. Ahora han salido al descubierto.
Quedarse solo con la lectura negativa
de los 2 últimos partidos perdidos, como hace Pellegrini, resultará un error
muy grave. Las dolencias vienen de más atrás.
Lo
decimos con nuestra mayor admiración personal y profesional hacia Pellegrini
pero tenemos que decirlo muy alto y muy claro. Es nuestro deber. En lo bueno y
en lo malo.