No fue lo esperado, el domingo de Resurrección debía confirmar al alza la dinámica del Mallorca,
pero en arte de birlibirloque se transformó en un domingo de Pasión.
No
hizo prácticamente nada bien el Mallorca y casi lo hizo todo bien el Deportivo
en un encuentro decisivo para ambos. Esto es lo que tiene el fútbol que no sabes nunca
que va a pasar en esos 90’.
Los
gallegos han hecho, en esta Liga, continuos homenajes a su empanada. Jornada tras jornada han acumulado continuos
errores, muchos de ellos imperdonables, con 3 entrenadores distintos.
Llegan a Palma
en Pascua, donde el producto típico son las “panades mallorquines” otro tipo de empanada. Y esto ocurrió: el Deportivo hizo un gran partido y el Mallorca, lleno
de “panades mallorquines” desde el míster al último jugador, hizo uno de sus
peores partidos. Y todos nos preguntamos el por qué.
Manzano
retocó al equipo innecesariamente. Sorprende que en Madrid sacara una estructura ofensiva -abandonando el trivote- y en
cambio en casa con la obligación de ganar volviera a su fórmula. No funcionó en absoluto.
Decidió
también dejar fuera a Bigas y a Kevin, por Geromel y Luna. Estos, especialmente Bigas, han tenido siempre un magnífico comportamiento pero se
decidió por los dos cambios. Tampoco
funcionaron.
Vázquez,
ha vuelto a darle al Deportivo, trabajo, sentido común en la estructura táctica
y humildad.
Por la forma en que se produjo el gol del Mallorca muchos pensamos que si a este
equipo le marcaban en un partido decisivo un gol con una cadena de despropósitos
tan grande y con tanta mala suerte es que no tenían arreglo. Se iban a 2ª.
Pero cuando después vimos la forma de encajar el 2º
y 3er gol al Mallorca, pensamos
justo lo contrario.
Fue una derrota cruel pero merecida, el Deportivo excepto en los primeros 20’
fue mejor en todo: en disposición táctica, en su organización colectiva, en su juego,
en el control del ritmo del partido, en sus acciones de ataque, en su contemporización
defensiva; en definitiva, en todo lo que se valora y analiza en un partido
de fútbol.
El
Deportivo tiró el doble de veces a puerta que el Mallorca (10-5)
El
Deportivo hizo más jugadas en el área rival que el Mallorca (7-5)
Aranzubía
hizo menos paradas que Aouate (2-7)
Pero
donde más daño le hizo fue -como el Getafe- por las bandas.
Manuel Pablo parecía un joven de 20 años (11 recuperaciones) y Sílvio -que
pudo ser nuestro- en su banda inhabitual,
hizo un partido enorme y fue decisivo, no solo por su gol sino por su presencia
continua en todo el despliegue ofensivo de su equipo.
Esa
presencia se constata por los 37 pases dados a 11 jugadores de campo diferentes,
aunque
preferentemente combinó con Pizzi (8).
Su absoluta falta de vigilancia hizo que se
convirtiera también en el jugador que
más balones recuperó de su equipo (15).
Valerón se movió con enorme libertad |
En
el medio Abel Aguilar, Juan Domínguez y más arriba Valerón hicieron, desde el
minuto 20 el partido suyo.
Valerón recibió 48 pases de once jugadores de campo distintos del
Deportivo lo que indica que
pocas veces fue interceptada su línea de pase y dio con comodidad 42 pases a 9 jugadores diferentes, lo
que indica además su efectividad en el control del balón y la facilidad con que
ejecutaba los pases.
Arriba
la movilidad, talento y profundidad de Pizzi hizo estragos y fue determinante en la victoria de su equipo ya
que los 3 goles nacieron en 3 recuperaciones suyas.
Pizzi hizo de todo y todo muy bien |
Tuvo
una presencia enorme en el partido: 42 pases recibidos de 11 jugadores de
campo diferentes y 40 pases dados a 10 compañeros diferentes hablan por sí
solo.
En
definitiva un Deportivo que fue un conjunto, un equipo solidario, con buen
trato de balón y con las ideas muy claras de lo que hacer con el balón y sin
él.
En
contrapartida, el Mallorca fue una serie de jugadores dentro del terreno de juego,
sin instrucciones, desbordados por fuera, por dentro, en defensa y en ataque;
fue una sombra de sí mismo justo en el peor momento y contra el rival más
inadecuado.
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