El Málaga solo ha marcado en la mitad de los partidos jugados (11) y eso le
ha llevado a posiciones muy delicadas.
El Rayo -a 7 puntos- ha ganado más partidos fuera (3) que en casa (2) y ha encajado la friolera de 51 goles y de los
15 partidos que ha perdido 11 los ha hecho por más de un gol.
Este partido es uno
de sus últimos cartuchos para intentar librarse de la quema y Jémez no ha logrado parar la sangría de
derrotas ni de goles.
Contumaz
en sus discutibles decisiones tácticas, sigue saliendo -eso le honra- a ganar siempre
(solo 2 empates) pero prácticamente el 80%
de los goles que encaja el Rayo los ha recibido al perder el balón en la
transición defensa-ataque y muy cerca de su propia área, por su insistencia en
salir con el balón jugado desde atrás.
Creemos que sus
jugadores no tienen el talento adecuado para ello. Esa insistencia letal le ha
convertido -entre otros aspectos del juego- en el equipo más frágil de la Liga.
¿Porque
de qué vale ser el 4º equipo con más posesión de balón si no alcanzas siquiera
1 punto por partido?
Jémez debería haber
minimizado los errores de su equipo en la transición defensa-ataque hace tiempo,
y haber decidido jugar en largo desde
atrás de inicio y salvar de esta manera la catarata de errores que han
propiciado una derrota tras otra y que han llevado la inseguridad -un partido
tras otro- a sus jugadores.
No lo ha hecho -ni creemos que lo haga- y morirá
con las botas puestas.
El Hamdaoui, visto y no visto |
Enfrente un Málaga tenso pero reanimado después de su
victoria agónica ante el Sevilla y de nuevo con fichajes que a la primera
ya juegan.
Hay que darle un poco
de margen ahora para que pueda llevar a cabo una reestructuración del equipo,
pero el tiempo apremia.
Resulta
curioso y vaya si tiene delito, comprobar cómo el Rayo aventaja al Málaga -y a muchos otros
equipos- en aspectos sustanciales del
juego: asistencias, en centros al área realizados y menos centros recibidos,
en sacar más córners y recibir menos (29 más y 26 menos), en que Caballero intervenga
y haga más paradas, en que haga más jugadas en el área rival y en que haya
hecho 39 remates más…
Todo ello de nada
sirve, si a las primeras de cambio, por un error en la entrega y/o un robo de balón,
el rival te marca. Y el Rayo no sabe
jugar con el marcador en contra, Jémez tampoco y de ahí los abultados
resultados que cosecha.
Pero
alerta Schuster que este Rayo puede -si no comete de nuevo errores determinantes-
aguar la fiesta a cualquiera.
Será un bonito partido
y habrá goles. Veremos
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