Decíamos en
la Previa que “un tsunami, aparecía en
el horizonte del Mallorca viniendo de la Península: el Real Madrid.
Y
que parecía menos peligroso porque fuertes vientos llegados de Alemania (Dortmund) lo habían
convertido en un tornado, que
te arrasan y vuela todo por los aires o te pasa al lado y ni lo notas”.
Desgraciadamente sucedió lo primero; llegó el tornado y atravesó Son Moix de
parte a parte durante todo el partido.
De inicio el tornado iba de
izquierda a derecha, y en el 2º tiempo de derecha a izquierda. Lo arrasó todo.
Ningún
remate entre los palos del Mallorca y 16 remates del Madrid, 8 en el 1er tiempo
y 8 en el 2º, y la mitad, 8, fueron a portería. Demoledor.
Decíamos también “que Caparrós y su equipo tenían la
clave para desactivar al tornado: Su fortaleza defensiva.
Esa fortaleza que indicaba que al Mallorca los
rivales le tenían que llegar 33 veces al área para marcarle gol.
Y que necesitaban realizarle una media de 16 remates
para marcarle. Era el mejor de la Liga.
“En
cualquier caso la peor lectura es que en estos partidos últimos al Mallorca le
atizan a remates.”
El Mallorca sin
embargo, se mostró impotente y con una alarmante y desconocida fragilidad
colectiva en materia defensiva: le volvieron a atizar en remates y de los 8
que fueron a puerta 5 fueron goles.
Al limbo la fortaleza defensiva mostrada en este
arranque de Liga por el Mallorca que voló por los aires.
El Mallorca no pudo parar el tornado porque tampoco fue agresivo: Solo 11 faltas en todo el partido, pero
es que el que más faltas hizo fue Hemed con 3. Y en el 1er tiempo, solo 3
faltas (2 de Hemed). Inusual e imperdonable.
Esto significa la escasa organización colectiva del
juego, la pasividad ante la circulación de balón del Madrid (65% de posesión), y la falta de agresividad demostrada era
fruto de que cuando algún jugador del Mallorca intentaba presionar a algún jugador del Madrid con balón,
cuando llegaba (siempre tarde) el balón se encontraba en otro jugador del Madrid y así sucesivamente.
El Mallorca dio 275 pases menos que el Madrid, pero
es que además su porcentaje fue muy malo: mientras que el Madrid llegó al 80%
de pases buenos y efectivos, el Mallorca –con 275 menos- llegó a un pobrísimo
67% de acierto en el pase.
El Mallorca sigue sin posesión y
con su juego directo: el 83% de sus
jugadas ayer fueron realizadas con la participación de 4 o menos jugadores
distintos (se cuenta a Aouate).
El Madrid llegó a un 40% de jugadas donde
participaron más de 4 jugadores. No tuvo enemigo.
El Mallorca no controló a ningún
jugador clave del Madrid; señalar por
ejemplo que tanto Modric como Özil, participaron en 4 de los 5 goles. Y con
absoluta comodidad.
Otro ejemplo, creo que definitivo es éste: minuto 45
segunda parte, Özil comienza una jugada.
Dura 40” e intervienen 8 jugadores distintos del Madrid: Varane, Modric,
Cristiano, Pepe, Essien, Morata y Callejón, realizando 14 pases seguidos entre
ellos que acaba en gol. Ilustrativo.
El Madrid, inesperadamente, estuvo organizado, intenso, muy concentrado y muy
humilde en su trabajo individual y colectivo.
Este comportamiento sorprendió de raíz a Caparrós y
a sus hombres que se vieron superados en algo que parecía imposible: en actitud.
Y el Madrid se comportó
tácticamente como debe: Varane, con 12 recuperaciones estuvo, como en Alemania, espléndido; en nuestra
opinión el mejor central y con más clase de Francia, quizá de Europa, desde hace
meses y del Real Madrid, y Ramos de lateral
derecho.
No es una
opinión de ahora lo decíamos en la Pizarra
el 2 de abril, que se pueden releer ahora; que Ramos era un buen central pero un
magnífico lateral.
http://lapizarradeasensi.blogspot.com.es/2012/04/
normal.html
La jugada del 1er tiempo de Ramos que ante un pase en diagonal, dentro del área, realiza un
control orientado con el pecho ante Bigas, y luego le quiebra con la izquierda y en vez de
disparar, generoso, templa al 2º palo, no
está al alcance de ningún lateral derecho del mundo, excepto Alves.
El Mallorca
debe olvidar esta pesadilla de 4 partidos perdidos seguidos porque el
calendario sigue amenazando muy fuerte, primero en Coruña y luego le viene un tsunami de verdad por la costa catalana:
el Barça.