El título y el partido jugado nos recuerdan la película ganadora de 6
Óscars en el 2009, incluida la de mejor película.
La película se desarrolla en Irak, donde una
unidad de élite de artificieros norteamericanos actúa en una
caótica ciudad donde cualquier persona puede ser un enemigo y cualquier objeto,
una bomba.
Podemos argumentar que la caótica ciudad, se transformó ayer
en el Vicente Calderón, donde todos los jugadores del Atleti fueron enemigos y
cualquier acción de los malaguistas en ataque se dinamitaba con las órdenes y
armas que tenían a su alcance.
Ante esa situación el Málaga no se arrugó pero tampoco se comportó como el protagonista de la película, el impredecible y temerario sargento
William James (Jeremy Renner) que mezcla en su comportamiento dosis de locura,
atrevimiento y temeridad sino que se
enfrentó con sus armas características: posesión, toque, juego colectivo,
reflexivo, seriedad defensiva, pausa en el juego etc.
Estas armas, ayer, no fueron suficientes para doblegar a un Atleti que tuvo en Falcao al álter ego del sargento
James: fue impredecible en todos sus movimientos e
impetuoso, irreflexivo y temerario en casi todas sus acciones -que se lo digan
a Weligton, Demichelis y Monreal-.
Ya lo anunciábamos
en la Previa, el Málaga (el sargento)
iba no sólo a territorio hostil –el
Vicente Calderón- sino que además se
iba a encontrar con un equipo y jugadores –iraquíes- expertos en alta belicosidad, que les ha infundido su Comandante en Jefe –Simeone- y con mucha
experiencia en colocación de bombas deportivas de todo tipo, donde marcan su
territorio: altísima intensidad, brusquedad,
zancadillas, agarrones, dureza, en cada palmo de su terreno de juego.
El artificiero al final sale ileso de aquella tensión y locura. El Málaga no tuvo esa suerte, cayó en el
último suspiro y estalló por los aires ante el acoso y hostilidad de una bomba
lapa en movimiento llamada Falcao.
¡Qué duro partido! Y con qué agresividad los plantea Simeone. El Málaga no pudo sustraerse a ese nivel de emotividad y tensión deportiva,
donde este Atleti se mueve como pez
en el agua.
El Málaga no se sintió cómodo en ningún momento, y tuvo escasa profundidad.
Como ejemplo lo
ilustra el detalle, gran detalle, que los
2 centrales del Atleti, Godín y Miranda no tuvieron necesidad de hacer ninguna
falta –de las 25 que hizo su equipo- a
los atacantes malagueños.
Esa línea tremenda de acoso y recuperación, como un territorio minado,
que implantó Simeone en su propio campo y donde Gabi,
el jugador que más faltas realizó el año
pasado en la Liga, lleva la trompeta del acoso y derribo, muy
bien secundado por Mario, que ayer estuvo muy inspirado.
Anticipábamos también que muchos entrenadores iban a cambiar su estilo
de juego cuando jugasen contra este Málaga. Lo que nunca podíamos imaginar que
uno de ellos fuera Simeone y en su propia casa.
Alteró de forma evidente su esquema, apostando por primera vez en la
Liga, por un trivote en el centro del campo; de esta forma la inclusión de Emre, un zurdo técnico y veterano que apenas había jugado, tenía la
intención clara de que la 2º línea de
ataque del Málaga: Isco, Eliseu y Joaquín no controlasen un balón en
condiciones y si lo hacían que fuera lejos de su portería. Y vaya si lo
consiguió, en un partido donde en cada acción saltaban chispas, los 4 jugadores de ataque, 5 con Saviola,
perdieron hasta 60 balones, de los 98 –una barbaridad- que el equipo
perdió.
Mientras había sosiego en el juego: los últimos 15’ del primer tiempo
y en gran parte del segundo, el Málaga dominaba el ritmo del partido, pero en los
primeros 30’ el partido siempre estuvo
donde le interesaba al Atleti: brusco,
rápido, intenso, agresivo, con roces continuos y muy trabado.
En la iniciativa del juego, en la posesión y en los remates, el
partido estuvo parejo, excepto en esos primeros 30’, pero siempre las acciones del Atleti
reflejaban más peligro que las del Málaga.
El Atleti se atrincheraba cuando algún
jugador suyo perdía el balón; las órdenes eran claras: todo el equipo se replegaba de forma fulminante e intensivamente en su
propio campo impidiendo, como un campo minado, cualquier combinación ofensiva del Málaga.
Lo vimos desde el inicio del juego:
Minuto 1: Arda Turan, un jugador técnico y poco agresivo, se lleva por delante sillas y fotógrafos,
por intentar llegar a un balón inalcanzable. Mal comienzo para el Málaga.
Minuto 2: Weligton va al corte muy duro con Falcao que vuela por los
aires: se levanta de inmediato como si le hubiera dado un caramelo. Mal
comienzo para el Málaga.
Minuto 3: Caballero saca el balón con la mano para Demichelis. Acto
seguido está rodeado de rivales y debe pegar un balonazo hacia delante.
Minuto 4: En la jugada siguiente es Weligton el que, ante la presión,
debe despejar en largo como puede y en la siguiente jugada intercepta en falta
clara una penetración rapidísima de Falcao. No lo habíamos visto hasta ahora. Mal
comienzo para el Málaga.
Minuto 5: Juanfran recupera un balón a Eliseu y cede a Miranda. En un
minuto y diez segundos se desarrolla una jugada sensacional en donde
intervienen 8 jugadores distintos del Atleti. Después de 14 pases continuados
más tacón, gol de Falcao. Espectacular. Mal comienzo para el Málaga.
Minuto 13 y 15: Filipe Luis, que no suele dar una patada a nadie,
entra con extrema dureza consecutivamente a Eliseu y Joaquín: debió ser
expulsado por doble amarilla. No hizo ni una sola falta más en todo el partido.
Mal comienzo para el Málaga.
A partir del minuto 30, el Málaga se fue rehaciendo poco a poco, ya que en esos minutos, nadie tuvo
presencia: Iturra, Santa
Cruz, Isco, Joaquín etc. Solo la defensa
aguantaba el tipo.
Y el Málaga le dio al Atleti de su propia medicina en el minuto 35:
Cesión de Iturra a Caballero y en 23” con la participación también de 8
jugadores empata Santa Cruz. Golazo.
En la 2ª parte ya pudimos ver un partido muy igualado, con mucha más
iniciativa del Málaga, con posesiones rápidas y largas, con más paciencia y más
agresividad. La consecuencia fue un tiempo muy igualado que solo rompió el fatídico
último minuto.
En definitiva un partido tremendamente áspero y duro para el Málaga
donde tuvo un buen comportamiento global y donde el Atleti supo dinamitar a su
rival al principio y al final del partido, viniéndome a la memoria la famosa
frase de Kubala: para ganar los partidos hay que tener las tres “c”: cabeza, corazón
y coj…… El Atleti las tuvo ayer.
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